Postales de Euskadi: Hendaya- Saint Jean-de-Luz- Donostia


El punto de partida fue Barcelona. No habíamos podido preparar el viaje por lo que la idea era ir improvisando  sobre la marcha.
Salimos de Barcelona con destino Irún donde teníamos el primer hotel reservado. Allí solo haríamos dos noches aprovechando su buena localización para visitar por un lado la costa francesa, y por otro Donostia y la costa vasca.

Llegamos a Irún al medio día,  dejamos las cosas en el hotel y decidimos acercarnos al mar para comer. Fuimos hasta Hendaya, un pequeño pueblo francés que se encuentra en la misma frontera.


No nos queríamos demorar demasiado aquí, la verdad es que preferíamos invertir el tiempo en visitar Saint Jean-de-Luz y cenar de pintxos bien prontito...

Lo primero que nos encontramos en Saint Jean-de-Luz fue turismo, muchísimo. Septiembre no es el mes más fuerte, pero esa semana estaba haciendo un clima de julio y los franceses lógicamente lo estaban aprovechando. Aparcar gratis es muy difícil, la mayoría de las calles son zona azul. Ya puedes dar vueltas, ya, que te tocará pagar si quieres salir del coche.

Saint Jean de Luz es una localidad marinera muy bonita. Deambulamos por las calles hasta topar con la Plaza de Luis XIV, una plaza con un encanto especial en la que podrías sentarte y tomar café durante horas. Sobre la playa están construidas unas casas veraniegas con muchísima personalidad. Algunas de ellas están bastante deterioradas pero siguen transmitiendo el espíritu de balneario que tenía la ciudad.

Plaza Louis XIV

Saint Jean-de-Luz

Saint Jean-de-Luz

Saint Jean-de-Luz

Acabamos el día rumbo a Donostia, donde teníamos pensado  cenar de pintxos. La visita de la ciudad la reservábamos para el tercer día. Lo primero que me sorprendió  es que los bañistas y surfistas se quedaban en la playa hasta el anochecer a pesar del "fresquito" que ya hacía a esas horas
.
Fuimos por la famosa "parte vieja" de San Sebastián. Esta formada por estrechas calles llenas de bares con una cantidad bestial de pintxos que cubren toda la barra. La gente en general los come en la calle de pie, alrededor de pequeñas mesas colocadas en la puerta.
La variedad de pintxos es infinita, por lo que se recomienda no quedarte en un bar, sino hacer ruta e ir probando en varios sitios diferentes. Se comen normalmente acompañados del famoso txakolí o sidra y los precios suelen oscilar entre 1'20-2 euros.

Donosti
Donostia









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